Recibir las dosis necesarias de vitaminas es fundamental para el crecimiento del bebé. La vitamina D es una de las más importantes, OMS Nos dice que juega un papel fundamental en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y óseo del bebé. Ahora bien, ¿cuánta cantidad hay que tomar? ¿Cuál es la forma correcta de administrarla? Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre la vitamina D.

¿Qué es la vitamina D?

Se trata de una vitamina liposoluble que se obtiene principalmente a través de un proceso de transformación que nuestro cuerpo lleva a cabo de forma natural cuando recibe los rayos solares sobre la piel. También se puede conseguir a través de la ingesta de alimentos, pero una de sus particularidades es que existen pocas fuentes alimenticias ricas en esta sustancia. Entre ellas se encuentran los hígados de pescado, el pescado azul, algunos productos lácteos y las yemas de huevo.

¿Por qué los bebés necesitan vitamina D?

Según la Organización Mundial de la Salud, la vitamina D desempeña un papel crucial en el equilibrio de los niveles de calcio en sangre y la densidad ósea, así como en el correcto desarrollo del sistema inmunitario. La importancia de la vitamina D en los bebés radica en que se trata de un nutriente muy peculiar. Como hemos dicho antes, su fuente principal no es la alimentación, como en el caso de otras vitaminas, sino un proceso de síntesis endógena originado por la luz solar. Así, la exposición a la luz solar aporta hasta el 90% de la vitamina D que las personas necesitan.

El problema es que los bebés nacen con bajas reservas de vitamina D, dependiendo de la lactancia materna, la luz solar y los suplementos para aportar este nutriente en sus primeros meses. A su vez, la leche materna tiene su único talón de Aquiles en la vitamina D y la exposición excesiva a la radiación solar en los primeros meses de vida es algo contra lo que alertan voces tan autorizadas como la Asociación Española de Pediatría (AEP) o el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

Es importante señalar que un déficit de vitamina D en el cuerpo de un bebé puede provocar raquitismo (una enfermedad que se manifiesta a través de la deformación de los huesos y la reducción del crecimiento del bebé), convulsiones y disnea (dificultades para respirar).

¿Cómo se le puede dar vitamina D a un bebé?

Por ello, la suplementación con vitamina D puede ser una opción para paliar la carencia de este nutriente, siempre consultando y siguiendo las recomendaciones del pediatra. La vitamina D líquida se puede tomar en forma de gotas que se administran directamente al bebé o se puede dar como suplemento que se puede diluir en la leche. Se recomienda en una cantidad de 400 UI (Unidades Internacionales) al día, lo que corresponde a un número variable de gotas en función de la suspensión del suplemento recomendada por los pediatras.

También es importante señalar que la PSA establece el límite en 1000 UI al día sin ninguna indicación médica específica. Según la organización de referencia entre los pediatras españoles, la exposición a una dosis excesiva de vitamina D durante un periodo prolongado puede provocar algunas alteraciones patológicas.

¿Los bebés que toman fórmula necesitan suplementos de vitamina D?

La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé, pero cuando la lactancia materna no es posible, la fórmula es una alternativa adecuada. Si tu bebé se alimenta con fórmula, no siempre la necesitará. La Academia Estadounidense de Pediatría sugiere que los bebés alimentados con fórmula también deben recibir suplementos al menos hasta que su ingesta de fórmula enriquecida con vitamina D alcance 1 litro por día.

Pero recuerda que la decisión sobre la alimentación del bebé debe recaer exclusivamente en la opinión del profesional médico. Existen muchas circunstancias diferentes y es responsabilidad del pediatra tenerlas en cuenta y elaborar un plan individualizado para cada caso.